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Entrevista en la Diaria: Uruguay

Internacional | Jueves 20 • Agosto • 2015

Zara Snapp, ayer, durante el seminario “Nuevos enfoques en políticas de drogas en el siglo XXI”. Foto: Santiago Mazzarovich
Zara Snapp, ayer, durante el seminario “Nuevos enfoques en políticas de drogas en el siglo XXI”. Foto: Santiago Mazzarovich

Hacia dónde va el humo

Legisladores latinoamericanos destacaron fracaso de la guerra contra las drogas en seminario internacional.

“Nuevos enfoques en políticas de drogas en el siglo XXI” es el título del seminario que se está desarrollando en el Palacio Legislativo desde ayer y hasta el viernes, en presencia de parlamentarios de toda la región que están a favor de un cambio en el enfoque de la política sobre drogas en el mundo y, para empezar, en la región. El objetivo del encuentro era abordar los desafíos de América Latina como preparativo para la próxima sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Problema Mundial de las Drogas (UNGASS, por su sigla en inglés), prevista para abril de 2016.

Zara Snapp, la representante de la Comisión Global, que está a cargo del asesoramiento de la UNGASS, presentó un panorama general del debate sobre los nuevos enfoques de las políticas en la materia. La Comisión Global es un grupo autónomo, que no forma parte de la ONU y que se creó por iniciativa de los ex presidentes de Brasil Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), Colombia César Gaviria (1990-1994) y México Ernesto Zedillo (1994-2000). Ellos decidieron “romper el tabú” en las altas esferas del poder político al formar, en 2009, la Comisión Latinoamericana de Drogas y Democracia, la antecesora de la Comisión Global, dijo Snapp a la diaria.

La Comisión Global busca presionar a la “diplomacia de alto nivel” y los gobiernos. Tiene un secretariado integrado por un grupo de técnicos, entre ellos Snapp, quien afirma que “la guerra contra las drogas es más devastadora que la droga en sí misma”.

La activista mexicana recordó que antes de 2011 la postura a favor de la “guerra contra las drogas” era predominante en el mundo, y saludó las posturas de personalidades, como el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, a favor de un cambio de enfoque.

Dijo que aquella mirada comenzó a cambiar en 2012, cuando se abordó el impacto de esa “guerra” en la epidemia de VIH, porque la criminalización del consumo de drogas va en contra de las medidas de prevención necesarias para evitar contagios de esa enfermedad. “Estamos de acuerdo en que la guerra contra las drogas no ha funcionado si estamos pensando en las personas. La ONU reconoce un fracaso”, dijo.

Agregó que “mucha gente llega a ser parte del mercado negro porque no tiene opción” y que en ese marco “una solución puede ser la despenalización” tanto del consumo como del resto de la cadena de producción y venta. “Mientras haya consumo, va a haber personas que van a producir”, concluyó.

Consideró que la salud y la seguridad deben ser prioridades, pero que “seguridad no siempre significa militarización”. Dijo que la actual legislación internacional antidroga “no permite el acceso igualitario a las medicinas que alivian el dolor” y que 17% de la población mundial consume 90% de esas drogas. Consideró necesario “que los gobiernos levanten obstáculos” al uso medicinal de las drogas, en particular de la marihuana.

“Penalizar a las personas por la posesión y el consumo de drogas perjudica a la población”, insistió. Agregó que un estudio demostró que “sólo 10%” de los consumidores de droga hace un uso problemático de ellas. También destacó que en México 60% de los detenidos lo están por drogas, 40% por posesión, la mayoría de ellos por marihuana.

También destacó que el tema de la producción es incluso “más importante” para América Latina que el consumo, “porque somos productores” y “la producción es más difícil de sustituir”. Acerca del trabajo de las fuerzas de seguridad, consideró que “militarizar los esfuerzos contra las drogas ha sido poco efectivo” y que “ya no se puede justificar violaciones a los derechos humanos por la guerra contra las drogas”.

La regulación reduce los daños a la salud y a la sociedad toda, y permite luchar de forma más eficaz contra el crimen organizado, resumió. “En 2011 no queríamos hablar de esto, pero hoy hasta Estados Unidos reconoce que hay que tener un debate”, dijo. Explicó que en Asia todavía se encuentran posturas “muy conservadoras” al respecto, pero que “en América Latina pensamos que ya hemos puesto muchos cuerpos”.

“Tenemos que demostrar que el supuesto consenso se ha fracturado y que tenemos que abrir el espacio a nuevos enfoques”, dijo Snapp. Habló del caso de Ecuador, país en el que se despenalizó el uso de drogas y que se mencionó mucho en el encuentro. “Ecuador ha tenido un proceso largo pero muy callado -al igual que Uruguay, de cierta forma-. No quieren ser el ejemplo mundial, quieren nada más cambiar su política nacional”, dijo. Explicó que la intención es evitar los cuestionamientos internacionales, en particular el de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, que controla la aplicación de las tres convenciones al respecto.

Ademas, abogó por el establecimiento de nuevas herramientas y criterios de medición. La UNGASS “no va a revisar las convenciones”, aseguró, pero entiende que sí se podría revisar las contradicciones entre los tratados de lucha contra las drogas y los de protección de los derechos humanos. También consideró necesario evaluar cómo reducir el número de personas detenidas, porque “el encarcelamiento masivo es devastador para las comunidades”. A modo de conclusión, pidió “fomentar alternativas que se están dando aquí, en América Latina”.

Consultada por la diaria, Snapp consideró que no se trata sólo de implementar políticas adecuadas para evitar los daños causados por las drogas y su consumo, sino también de reparar “los daños de su prohibición”.

Acerca de la postura oficial de la ONU, destacó que Ban Ki-moon está a favor de que “todas las opciones estén sobre la mesa”. Sin embargo, consideró que si se observa la postura de los estados influyentes en el organismo se comprueba que son “muy blandas” las declaraciones europeas en general, aunque hay países de Europa que tienen otra postura, como Holanda, España o Portugal. También señaló que a Estados Unidos le sirve que haya cierta “flexibilidad” en los tratados, porque así “ellos parecen ser los moderados” respecto de los “extremistas” a favor o en contra de un cambio de rumbo. Estos últimos están liderados por Rusia y China, que aplican el tratamiento compulsivo de los usuarios.

Pasitos pa’lante y pa’tras

En el encuentro también habló el diputado chileno Alberto Robles sobre los avances legislativos en su país hacia la despenalización del uso medicinal y recreativo del consumo de marihuana, que está en trámite parlamentario. Consultado por la diaria, explicó que el proyecto relativo a la marihuana es demorado por “las fuerzas conservadoras” en base a detalles de forma o de redacción (al igual que sucede con una iniciativa que despenaliza el aborto en ciertas situaciones).

Luego tomó la palabra el senador mexicano Alejandro Encinas, ex miembro del Partido por la Revolución Democrática (PRD) y ex jefe de gobierno de la ciudad de México (2005-2006). Encinas renunció al PRD debido a la desa- parición, en setiembre del año pasado, de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, un municipio que estaba gobernado por ese partido, al igual que el estado de Guerrero, en el que se encuentra. Cuando gobernaba la capital, Encinas impulsó la despenalización del consumo de marihuana, que se aprobó pero fue anulada, ya que la reglamentación de las drogas es una responsabilidad federal.

El senador destacó que el problema supera las fronteras de su país y situó su origen en el norte. Consideró que en México y Centroamérica, existe un “pentágono” que va desde la frontera mexicana con Estados Unidos, pasa por Belice y llega hasta Honduras, en el que el “poderío del narco es tan importante que se ha diversificado hacia otro tipo de delitos”, y la violencia alcanza “niveles insospechados”.

Para el político de izquierda, la lucha contra los cárteles sólo logró que éstos se multiplicaran. Señaló que los grupos de narcotraficantes “imponen impuestos”, se hacen cargo del desarrollo de obras públicas en algunos municipios, y, a su entender, son responsables de la violencia. Encinas considera que la respuesta a esta situación debe ser “integral”.

Aseguró que por ese “pentágono” al que se refiere “pasa 90% de la droga que se consume en Estados Unidos”, pero también se usa allí “gran parte de las armas” que se fabrican del otro lado de su frontera norte. Destacó las altas tasas de homicidios y denunció que durante la jornada electoral de junio, en la que se eligieron gobernadores, alcaldes y otros cargos locales, hubo 105 homicidios atribuidos al narcotráfico. Afirmó que el caso de los estudiantes de Ayotzinapa es una prueba del “nivel de penetración del crimen organizado” en los partidos políticos y la Policía. También el tráfico de personas y el abuso infantil ocurren en el marco de actividades vinculadas al narcotráfico, agregó.

Coincidió con Snapp en que la criminalización del consumo de drogas “no tuvo los efectos esperados” y desembocó en que hay 250.000 presos, la mayoría menores de 26 años, por crímenes vinculados con la posesión o la venta de escasas cantidades de droga. También dijo que en el sur las mujeres representan 30% de los detenidos, mientras que en la frontera norte constituyen entre 60% y 80% de los presos por “delitos contra la salud”.

Encinas destacó que la postura del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, es “ambigua” respecto de la política de drogas, y lo acusó de manejarse en función de las encuestas, según las cuales 60% de la población está en contra de la despenalización. Para el senador, una muestra del valor que otorga el gobierno a las encuestas es el hecho de que el Ejecutivo le haya negado acceder a esos estudios, “por ser tema de seguridad nacional”.

Dijo que en su país, además de la despenalización abortada en Ciudad de México, se presentaron nueve iniciativas legislativas al respecto que no prosperaron. “Nosotros ponemos los muertos”, afirmó.

Está previsto que hoy en Brasil el Tribunal Supremo empiece a tratar la despenalización del uso de drogas. En 2006 se modificó la legislación al respecto y quedó establecido que el porte de drogas ya no es punible con cárcel, sino con multas y hasta con trabajos comunitarios.

El fallo -que podría ser anunciado hoy mismo- puede dejar establecido, con fuerza de ley, que el Estado no tiene derecho a “interferir en la integridad de las personas” y a penalizar el porte de drogas para uso personal.

El secretario nacional de Políticas sobre Drogas de Brasil, Vitore André Zilio Maximiano, dijo a la diaria que la penalización de las drogas también generó un fuerte hacinamiento carcelario en su país, en parte porque la ley no establece claramente qué cantidades se consideran para “consumo personal”, y deja así en manos de policías, fiscales y jueces determinarlo. El funcionario dijo que es esperable que el tribunal deje establecida la cantidad a partir de la cual el porte de droga se debe criminalizar.

Aunque en Brasil no se está tratando ninguna iniciativa parlamentaria para modificar la actual legislación, el gobierno impulsa políticas sociales y de salud para los usuarios. Maximiano citó un estudio de su secretaría según el cual 0,8% de los habitantes de las 26 capitales estaduales consume pasta base de manera regular.

Comisión Global de Políticas de Drogas aboga en Uruguay por regular mercados

La Comisión Global de Políticas de Drogas, organización que reúne a personalidades internacionales en contra del modelo prohibicionista en la lucha antidrogas, abogó hoy en Montevideo por la regulación de los mercados de esas sustancias para combatir el narcotráfico y promover los derechos humanos.
Agencia EFE | 19 de Agosto de 2015

Montevideo, 19 ago (EFE).- La Comisión Global de Políticas de Drogas, organización que reúne a personalidades internacionales en contra del modelo prohibicionista en la lucha antidrogas, abogó hoy en Montevideo por la regulación de los mercados de esas sustancias para combatir el narcotráfico y promover los derechos humanos.

“Se debe buscar la regulación de las drogas porque son riesgosas, no porque son seguras. Tenemos que entender el espectro de riesgo de cada droga y crear una regulación con distintas reglas dependiendo de la droga y los riesgos que conlleva y también los beneficios”, defendió la representante de la Comisión Global, Zara Snapp.

Esa organización internacional nació en 2008 como una iniciativa de 17 líderes políticos e intelectuales, como el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, el escritor peruano Mario Vargas Llosa y el expresidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, para promover un debate alternativo a la represión de las drogas en el mundo.

Durante su participación en el seminario internacional “Nuevos enfoques en políticas de drogas en el siglo XXI” este miércoles en el Parlamento uruguayo, Snapp recordó que la Comisión Global abogaba inicialmente por la descriminalización del uso de drogas porque era impensable recomendar abiertamente la regulación del mercado de esas sustancias.

“Esto nos ha tomado mucho tiempo de pensar. Al principio, en 2011, no queríamos hablar de eso. Sabíamos que no iba a ser posible. Creo que en 2014 con el ejemplo de Uruguay, con el ejemplo de varios estados en Estados Unidos, hubo un reconocimiento de que es necesario abordar toda la problemática”, contó.

Uruguay aprobó en diciembre de 2013 una ley impulsada por el expresidente José Mujica (2010-2015) para regular la producción y la comercialización de la marihuana, medida que posicionó al país en la vanguardia de las políticas alternativas para enfrentar el narcotráfico a nivel mundial.

Snapp presentó el informe de 2014 preparado por la Comisión Global con vistas a incidir en la Asamblea Especial de las Naciones Unidas sobre el tema (UNGASS) en abril de 2016, en Nueva York, y plantear la revisión de las convenciones internacionales que corroboran la represión en la lucha contra las drogas.

En ese sentido, la experta reiteró el “fracaso de la guerra contra las drogas” que ha aumentado la inseguridad en América Latina, principal región productora de hojas de coca, y culminado en la muerte vinculada al narcotráfico de miles de personas.

Asimismo, argumentó que la penalización del consumo de las drogas ha sido ineficaz, aumentando la población carcelaria y la violencia.

“Es importante notar que solo el 10 % de los usuarios de drogas ilegales tienen un uso problemático. Lo podemos pensar con el alcohol. No todos los que toman vino cuando salen a cenar tienen un uso problemático pero siguen disfrutándolo”, comparó Snapp y agregó que lo que hace falta es “información clara”.

Por su parte, el diputado uruguayo Sebastián Sabini remarcó la necesidad de cambiar la mirada a través de la legislación ya que las personas asocian la moral a las leyes, con el pensamiento de que “lo que la ley permite está bien y lo que no permite está mal”.

También participaron en las primeras mesas del seminario el diputado chileno Alberto Robles, el senador mexicano Alejandro Encinas, la asambleísta ecuatoriana María Alejandra Vicuña y el diputado costarricense Marco Vinicio Redondo.

Las jornadas de dos días iniciadas hoy en Montevideo fueron organizadas por la Cámara de Diputados, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, junto con la Fundación alemana Friedrich Ebert.

La idea es presentar una Declaración de Montevideo que aporte en las discusiones de la UNGASS 2016 hacia una apertura de las políticas antidrogas con un enfoque sanitario y de derechos humanos y un rechazo al modelo represivo actual. EFE

Expone Zara Snapp mundo de los narcóticos

Publicado 27 ago 2015

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PAG16-Expone Zara Snapp mundo de los narcóticos con el libro Diccionario de drogas, en FUL 2015-LUISA-AMADOREl gasto en guerras contra las drogas debe terminar, mientras que la prevención, mitigación de los daños, así como el tratamiento deben recibir recursos necesarios por parte del Estado, determinó la escritora Zara Snapp durante la presentación del libro Diccionario de drogas en la Feria Universitaria del Libro 2015.
En el auditorio Nicolás García la escritora veracruzana expuso que el objetivo de este trabajo es explicar cómo son, para qué sirven y cómo funcionan las drogas al tiempo de intentar desmitificarlas para entender qué posición guarda la política pública al respecto, y coadyuvar a cómo debe encaminarse.
“Más importantes son los objetivos e indicadores enfocados en reducir los daños relacionados con las drogas como las sobredosis fatales, el VIH, la hepatitis y otros padecimientos, así como los males sociales asociados a su proscripción como sucede con las desapariciones forzadas, violencia, corrupción, violaciones a los derechos humanos, destrucción del medio ambiente, desplazamiento de comunidades y el poder otorgado al crimen organizado. El gasto en guerras contra las drogas debe terminar, mientras que la prevención, la mitigación de los daños, así como el tratamiento deben recibir recursos necesarios por parte del Estado”, manifestó.
La especialista trabaja como oficial de comunicaciones de la Comisión Global de Políticas de Drogas (UNGASS) con sede en México, raíz de la cual surgió su inquietud para ahondar una explicación sobre qué puede ocasionar el consumo de tal o cual sustancia.
La activista del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, también asesora respecto al tema de drogas para que las víctimas comprendan cómo el consumo y comercialización afectan sus comunidades.
Explicó que “las víctimas que integran el movimiento han sido informadas de qué son y cómo funcionan las drogas, no tanto porque queramos condenar o desestimular su uso o consumo, no tenemos una posición maniquea al respecto, sino que queremos entender las drogas y las políticas sobre drogas; uno de nuestros principios en el movimiento es la no repetición, entonces las víctimas piden que haya un cambio en la estrategia para que no haya más desapariciones bajo el paraguas de una guerra contra las drogas.”
Zara Snapp mencionó que la Feria Universitaria del Libro (FUL) es un espacio muy importante para su obra porque representa un foro más allá de la Ciudad de México para hablar sobre el tema, llevar información a los jóvenes y tener un diálogo encaminado a cambiar la realidad del país sobre el tema de la militarización y la violencia.
“Tener las dos nacionalidades, la estadunidense y la mexicana, me da las dos perspectivas. Por un lado el país que es el principal consumidor y por el otro el país de producción y trasiego. Entiendo esa cultura de la experimentación de EU y allá están cambiando sus políticas, pero por otro lado en México hay muchos muertos. Allá se está cambiando hacia la protección del usuario y la regulación del consumo, lo que produce impuestos y acá, pues no”, agregó la autora.
Diccionario de drogas de Ediciones B cuenta con 150 páginas, está dividido en 11 capítulos y una bibliografía donde compila y analiza los subtemas: drogas legales e ilegales, y el origen, funcionalidad, efectos y consecuencias del uso de las sustancias que alteran el comportamiento de las personas.