El ABC de las Drogas

Gracias a La Ciudad de Frente por esta entrevista. Un gusto platicar con ustedes!

Entrevistamos a la politóloga Zara Snapp con motivo de la publicación de su Diccionario de Drogas publicado por Ediciones B.

 

¿Cómo surgió la idea de escribir un Diccionario de Drogas?

Llevo varios años trabajando el tema de política de drogas y me di cuenta a través de las preguntas que la gente me hacía que —en realidad— no conocemos tanto al respecto. A pesar de que se oye mucho sobre narcotráfico e incautaciones, todavía hay muchos mitos y desinformación sobre las sustancias en específico.

Con una maestría en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard, ¿fue fácil el tránsito de una escritura académica a otra más accesible y de carácter divulgativo?

Digamos que ese fue el punto de este proyecto. Es un libro que alguien podría leer en uno o dos días; o lo puedes tener ahí y leer cada día sobre una droga distinta. Es un libro sencillo y con un lenguaje amigable; si el interés es mayor puedes acudir a otras fuentes para tener un análisis de mayor profundidad.

De aquí a diez años, ¿cómo ves el panorama político en relación a la agenda de regulación y legalización de ciertas drogas?

Es un momento interesante a nivel global. Hoy hay casos que hace 5 años eran impensables: está Uruguay que regula la cannabis desde la semilla hasta la venta; o —el caso de Estados Unidos— donde en 23 estados puedes tener acceso a la marihuana medicinal. Espero que en 10 años más gobiernos se sumen a la idea de que la política que han implementado no funciona. Ojalá el acceso a la información lleve a las sociedades a erradicar el estigma y a encontrar la mejor manera de convivir con las drogas.

¿Y en México, quiénes son los protagonistas que están empujando esta agenda de cambio?

A nivel político los diputados Fernando Belauzarán y Vidal LLeranas. En el senado Mario Delgado ha empujado el tema; también la asambleísta Esthela Damián. Organizaciones está Cupihd (Colectivo por una política integral hacia las drogas), un grupo interdisciplinario muy bueno que lleva más de 5 años trabajando el tema; México Unido Contra la Delincuencia; el grupo Espolea, que se dedica a la reducción de riesgos y daños; y el Colectivo Reverdecer, un grupo de jóvenes que trabaja con víctimas de la guerra contra el narcotráfico.

Otra organización que me gustaría mencionar es la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos. Ellos han tomado el riesgo al hablar de política de drogas y se han pronunciado en temas como la tortura, la desaparición forzada y las desapariciones extrajudiciales, vinculándolos con la guerra contra las drogas.

¿Realizaste una investigación empírica paralela al proceso de escritura?

Sí, he probado varias drogas ilegales derivadas de plantas; aunque no lo planteo en el libro, esa experiencia está detrás. Sin embargo, en el Diccionario quise llegar a un consenso general ya que las drogas afectan a cada cuerpo de forma distinta.

¿Partiste de alguna definición específica de droga?

Sí. Plantas o sustancias que alteran la conciencia y que modifican la percepción. Además nos enfocamos en las drogas legales e ilegales que se encuentran en México.

¿Quién hizo el diseño de portada?

Ricardo Peláez. Me quedé muy feliz con su trabajo.

¿Qué distingue a tu libro de otros diccionarios? ¿Cuál es su aportación?

La gente podrá leerlo fácilmente. Es un libro que abre la posibilidad de tener conservaciones. No pretende que el lector se convierta en un experto en el tema. Intentamos dejar fuera los prejuicios y los estigmas. También dentro de los apartados de cada sustancia puedes encontrar un espectro de riesgos, lo cual ayuda a los consumidores a tomar decisiones más informadas.

Creo que el libro podrá llegar a un público más amplio. A veces los libros o textos que se publican sobre drogas quedan confinados a un círculo de 20 especialistas.

Si las cosas avanzan por buen camino, ¿dónde ves el primer Coffee Shop del DF?

Pues hay varias opciones. Coyoacán podría ser, ya tiene cierta reputación. También lo veo en alguno de estos sitios hipsters en la Roma. Recuerdan a los dispensarios que existen en Colorado. Y creo que una buena idea —además de los Coffee Shops— serían los clubes cannábicos como los que hay en Uruguay. Crear espacios donde el autocultivo esté permitido, eso evita que las personas acudan al mercado negro.

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